martes, 11 de mayo de 2010

Reflexiones inseguras de una fumadora recién expuesta

Ayer olvidé mi cámara en mi cuarto y mi papá se la pidió a mi hermano, allí vio ésta foto. En la noche me preguntó qué hacía YO con un cigarro, a pesar de que la respuesta era simple y obvia, me demoré mucho en articular alguna palabra. "Bueno ... papá yo fumo" boom detonate! ¿dónde queda tu inteligencia Carla, acaso no me escuchas siempre decir que solo los idiotas fuman? Eso es cierto, siempre lo escucho decir eso, pero también sé que él en algún momento fue fumador y ayer me explico la razón: "cuando yo tenía tu edad, no había nadie que me diga todo el daño que me hacía fumar" Otro punto más para papá. La verdad es que casi nunca tengo motivos para refutarlo porque sé que, casi siempre, tiene razón. Y yo, ¿por qué fumo? la verdad no lo sé y eso supongo que me hace con más razón parte de los idiotas que fuman sin saber porque. Aunque suene solo una tonta excusa, el cigarro me quita la ansiedad y las ganas de comer, no me queda otra o es cigarro o es chocolate o, en todo caso, morir de angustia. Pero entonces es o cáncer, obesidad o angustia? ... algo así. No, en realidad eso ya es exageración pero al fin y al cabo los tres hacen daño. Tal vez la solución está en dejar de tomarme todas las cosas tan en serio y bajar mi nivel de estres, tener una rayita más en mi termómetro de la felicidad y dejar que las cosas caigan por su propio peso, pero lamentablemente eso no va con mi personalidad. Papi, prometo que dejaré el cigarro no por mí, sino por ti.

1 comentario:

Mondragón de Malatesta dijo...

Y es que el humo le enseña al hombre otro modo de respirar.