jueves, 20 de mayo de 2010

Un sistole sin diastole ni dueño!‏

Si, aun vivo (aunque no sé cómo) solo sé que mi cuerpo se mueve, mis labios también y sin embargo siento un vacío en mi interior, que maldito rencor y que pena tan atroz. Ya no sé qué es lo que quiero, solo sé lo que aún te tengo y aunque lo sepa no me basta! ahí volví de nuevo con mis recuerdos, la poesía tonta y ridícula! Te escuche en mi oído cómo pronunciabas mi nombre y sucumbí ante tu embeleso, quisiera saber qué es lo que me pasa. Eres tu o soy yo, ya no se qué hacer. En la puerta aún se escucha tu ausencia y mirando atrás nadie sabe lo que se destapa. Hoy solo me hablaste y sin embargo me cautivaste porque eres así, porque soy así. Déjame ya si no me quieres amar, estoy perdido en las llamas de mi infierno. Déjame que respire por última vez y márchate, ahí estaré y ahí estarás. Ya déjame que no puedo escapar y te vuelvo a abrazar. Ya no sé qué pensar, estar ahí es el final, ahí dejé mi encanto y mi dulzura no me pidas más de lo que puedo dar. Estoy triste, los sueños retumban y la noche gira a lo lejos en su pesada penumbra.

Autor: Rafa Ch.

1 comentario:

Mondragón de Malatesta dijo...

Y se nos viene, se nos viene Sabina, se nos viene sin pilas, pero sí recargado, se nos viene y yo, como el muerto más vivo de todos, porque más vivo que yo ni Jesucristo, cantaré con él y esas dos cosas que titula tu post y también mi corazón se detendrán. ¡Claro que sí!